Hace un año te lo prometiste, "voy a
ponerme en forma" decías. Igual que hace dos años, igual que hace tres,
como siempre, como has hecho siempre.
Y pudiera ser que este año volvieras a
fracasar, porque la derrota es algo real. Más que real, es probable y cuando
algo se torna probable tiene todos los números para convertirse en un hecho.
Podría entrar a valorar el error o no de ponerse una fecha para empezar y
terminar las cosas que hacemos pero eso es algo tan humano como respirar y si
no que levante la mano quien no haya dicho nunca algo como "empiezo el 1
de enero y si para el 1 de marzo no he visto resultados lo dejo". Demasiado
humano.
Hoy quiero hablarte sobre qué hacer
cuando pierdas. Cómo reaccionar ante una derrota.
Siempre digo que hay dos formas de
recibir una bofetada, una de ellas consiste en mirar de frente y recibirla con
el mentón levantado y la otra se basa en cerrar fuerte los ojos, mirar hacia
otro lado y rezar para que no duela mucho. Esas son las dos formas de encajar
una derrota: puedes abrir los ojos y extraer como una experiencia lo que
has hecho bien y lo que no o puedes maldecir a la suerte, cerrar los ojos y no
enterarte de lo que ha pasado. Ah, y repetir error tras error para volver a
perder.
Las cosas sólo se hacen realmente bien
cuando antes las hemos hecho mal muchísimas veces. Cada vez un poco
"menos peor" pero mal al fin y al cabo. Cuando tenía 14 años fui a
lanzar una canastas, fui solo y así como entraba andando cogí la pelota y tiré
desde el centro de la cancha, la pelota entró limpia por el aro. Después fui a
por la pelota, volví al mismo punto, lancé y no se acercó a más de 1 metro.
Volví a intentarlo durante una hora y no pude volver a conseguirlo. Eso
es suerte + osadía = Error tras error. Ese día no aprendí nada.
Al cabo de un par de días, cuando mi
cabreo ya había pasado, volví a la cancha con una tiza, un boli y un cuaderno.
Me puse a 4 metros de la canasta, hice una marca en el suelo y empecé a tirar,
lanzaba y apuntaba los aciertos y errores. Cuando hubo más canastas que fallos
daba un paso más atrás y seguía. Así hasta llegar al centro del campo. Al cabo
de dos horas era capaz de encestar 3 de cada 10 lanzamientos desde el
centro del campo. Ese día traté con la derrota, la acepté, la dejé entrar
en casa, hablamos un rato y la convertí en mi amante.
Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e
Inconformismo.
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