Cuando hables
procura que tus palabras sean mejores que el silencio dice un proverbio hindú. Hacemos un mal uso de las palabras y muchas veces hablamos por hablar.
Usamos palabras para llenar los vacíos que nos producen angustia, y nos mueven
una sensación de soledad que nos aterra. Pensamos que no hablar es hacer
silencio, pero tampoco.Tenemos mucho ruido interno, que impide que hagamos
silencio para evitar el contacto con nosotros mismos. Este ruido interno es
nuestra voz interior que nos juzga constantemente. ¿Qué pasa si hacemos
SILENCIO en mayúsculas?¿ Por qué nos da tanto miedo y para qué sirve? Sigue
leyendo.....
El
miedo al silencio
Hay personas
que ponen la tele, para no estar en silencio, y dicen que les hace compañia
mientras hacen cosas. Otras personas llenan los huecos de silencio con palabras
vacías para no sentirlo. El mal uso de las palabras hacen que pierdan valor.
Cuando hablamos por hablar, sin querer decir nada, estamos huyendo de nuestro
interior. A la mayoría nos incomóda, sentir ese silencio interno, y por tanto,
el silencio externo aún nos molesta más.
Seguro que has experimentado alguna vez, algún silencio en grupo, y alguien para romperlo dice: ¡Ha pasado un ángel!. Hay muchas maneras que usamos cotidianamente para evitar estar en silencio. ( risa nerviosa, tics, toser, dibujar, movernos excesivamente etc). El miedo a estar en silencio, es el miedo a estar en contacto con nosotros mismos, con nuestra esencia, con lo que de verdad sentimos, necesitamos y anhelamos.
El ruido interior que no nos deja escuchar
Estar callado, no es estar en silencio. De hecho, ,muchas veces estamos callados, y hay mucho ruido exterior ( música, conversaciones, ruidos de la calle, tv, etc) que nos deja escuchar nuestro silencio interior. Pero, si por fin conseguimos, encontrar un momento para estar en ausencia de ruido externo....¡SOPRESA! Nos encontramos con nuestro ruido interno. Esas voces internas, que juzgan cada movimiento que hacemos, nuestros pensamientos. Éstos no son fáciles de silenciar, de hecho, normalmente, nuestro juez interno, nos da órdenes, o emite opiniones de todo lo que hacemos, decimos o sentimos.
Es un disco
rallado, que la mayoría de veces no tiene un stop, y nos acompaña
hasta el momento de ir a dormir. Normalmente, son diferentes voces, que se
pelean entre ellas, una dice por ejemplo: - ¡cinco minutos más! la
otra dice: - ¡levántate ya que llegas tarde! Una se pone
autoritaria, y la otra es más benevolente. El caso es que, el ruido interior,
nos impide, escuchar nuestro verdadero silencio. Hemos de
aprender a no hacer mucho caso a nuestros pensamientos, y en concreto a nuestro
ruido interno.
El silencio que nos da tranquilidad
El silencio que nos da fuerza permite que recarguemos pilas, y permite
llenarnos de tranquilidad y serenidad. No todos los silencios nos transmiten
paz, existe el silencio, del bloqueo, de no saber que decir, de la
incomprensión, de no atreverse a decir algo etc. No todos los silencios nos
energetízan. Ahora, si somos capaces de trabajar nuestro silencio exterior (
éste es normalmente el más fácil) luego podremos trabajar el interior.
Nuestro bienestar, depende directamente de poder estar tranquilos y en armonia con nosotros mismos.Hay momentos en la vida en que necesitamos estar completamente en silencio, y escucharlo de verdad. La comunicación verdadera que tiene sentido para nosotros, muchas veces se da después de un sliencio reflexivo.
Las decisiones importantes se toman mejor después de un silencio profundo para escucharnos profundamente. No podemos conseguir este silencio, ausente de ruido interno, sin trabajo personal. Es un camino interior que podemos explorar para sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás.
Con la
palabra, el hombre supera a los animales, pero con el silencio se supera a sí
mismo. Paul Masson
Fuente: http://psicoemocionat.com/1/post/2013/10/el-arte-de-estar-en-silencio.html#.Uq4uDPTuKSo
Escrito por:
Adriana Reyes
Psicóloga
Col.19.831
Psicoterapeuta
integradora.
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