Escrito
por Jaquelina Pievaroli
Hoy quisiera
dedicar un artículo a una emoción que nos acompaña durante muchos momentos
importantes de nuestras vidas y es la tristeza.
Una forma de
cuidar nuestras emociones y ocuparnos de ellas es hablando sobre ellas,
describirlas en sus características para que nos ayude a identificarlas y
actuar sobre ellas para expresarlas y superarlas.
Hay ciertas
características que son propias de todas las emociones y otras específicas.
La tristeza
como otras emociones se caracteriza por ser:
- Un monto de energía que se crea como respuesta de una experiencia.
- Un estado de ánimo que influye en nuestra forma de ver el mundo.
- Una expresión de información sobre nosotros mismos y sobre nuestras necesidades.
- Y por tener repercusiones fisiológicas, sobre nuestros pensamientos y nuestros comportamientos.
Aquellas
características que son propias de la tristeza son:
- Perder algo que queremos: la tristeza expresa que hemos perdido algo o alguien, los cuales deseábamos tener, pero por las circunstancias no podemos tenerlos. Quizás no hemos conseguido el trabajo por el que nos han entrevistado, o hemos perdido a un ser querido.
- Sensación de soledad: surge cuando nos sentimos marginados de un grupo o sitio al cual queríamos pertenecer, o nos creemos abandonados física y/o afectivamente.
- Aislamiento: produce un estado de retraimiento que nos ayuda a reflexionar y procesar lo ocurrido, facilitando así la mirada hacia nuestro interior.
- Apoyo social: ésta emoción tiene la propiedad de generar empatía en el entorno social por lo que promueve el apoyo del grupo.
La fuerza y
la duración con la que se presenta depende de varias
situaciones.
Por un lado,
tenemos el hecho concreto ocurrido y la integridad con la que podamos enfrentar
dicho suceso, en ese momento de nuestras vidas.
Por el otro,
está la perspectiva de poder o no cambiar la situación vivida y el grado de
tolerancia a la frustración que tengamos.
Cuando hablamos de la tristeza no podemos dejar de tratar el tema de la autoestima, ya que el grado de tristeza fluctuará según el valor y la percepción que tengamos de nosotros mismos.
Tampoco podemos dejar de nombrar la tolerancia a la frustración, ya que cuanto menos toleremos la decepción por la pérdida de lo que deseamos tener, mayor será la tristeza.
Psicoterapia
Cuando un
paciente cuenta que está pasando por un momento en su vida que está triste, la
psicoterapia se dirigirá hacia varios objetivos.
- Aceptar la emoción como un efecto natural en el ser humano frente a las pérdidas y frustraciones, y como tal darle el espacio para expresarse.
- Permitirnos un tiempo para llorar, estar más retraídos y con menos actividades que de lo normal.
- Tener mayor entendimiento sobre la causa presente que desencadenó la tristeza como también aquellas que arrastramos del pasado y que aprovechan éste suceso para aparecer a la luz de la conciencia.
- Acceder a niveles más profundos en nuestra personalidad beneficiándonos del hecho que la tristeza nos ayuda a mirarnos internamente.
Estos
propósitos son importantes porque liberar la emoción nos permite regularla y
gestionarla con mayor facilidad.
La
psicoterapia nos da un espacio para entender lo que nos pasa, para localizar de
donde viene la tristeza y así superarla.
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